lunes, 29 de agosto de 2011

La senso-motricidad y la percepciòn

LA SENSO-MOTRICIDAD Y La percepción


    Las dos formas más simples de conocimiento de lo real son la senso-motricidad y la percepción. Son las que predominan en el niño. La inteligencia se presenta en un primer momento ligada a lo sensoriomotriz desarrollándose luego bajo la forma de percepción – inteligencia intuitiva.
   Estas formas primitivas de inteligencia no se pierden en el adulto, sino que permanecen como subestructuras que apoyan a la inteligencia y a las que el hombre apela cuando le es necesario.
   Si al llegar a la escuela encontramos algún objeto desconocido sobre el banco, puede ser que nos acerquemos a él, lo miremos toquemos, tratando de investigarlo. Para conocer a este objeto no nos sirve la abstracción. A pesar de haber desarrollado el pensamiento abstracto se puede usar formas más primitivas cuando nos es útil o por que otras formas de conocimiento ya no sirven.
   Estas formas de conocimiento, a pesar de ser rudimentarios, más simples, son imprescindibles para la vida. En su evolución la inteligencia necesita de estas formas más primitivas para poder desarrollarse.
  En la vida diaria estamos constantemente en relación con las cosas para poder actuar sobre ellas, necesitamos tanto de estas dos formas primeras  como de la inteligencia.
    Senso-motricidad y percepción son las dos formas más simples de conocimiento y cumplen la función de colaborar con la inteligencia en el proceso de adaptación pero las dos constituyen procesos diferentes.
     Senso-motricidad. Nos llegan a través de los órganos de los sentidos distintas estimulaciones. No solamente recibimos estímulos del mundo externo, sino también de nuestro propio cuerpo: tenemos así noción de su postura, del esfuerzo que hacemos, del cansancio, del equilibrio, y del movimiento que este realiza. Captamos las características sensibles de la motricidad y actuamos sobre ella por medio de movimientos.
   La sensación es el fenómeno psíquico más simple y nos informa lo que ocurre dentro y fuera de nosotros. Para lograrlo nuestro organismo cuenta con:
   Órganos especializados que son los sentidos.
   Vías nerviosas aferentes, que trasmiten el estìmulo al sistema nervioso central.
   Sistema nervioso central que computa la información que recibe y envía la orden de acción.
   Vías nerviosas eferentes o motoras que transmiten la orden y mueven en tal sentido al cuerpo.

Todo este proceso es de orden psicobiològico. Es la primera forma y la más simple de adaptación del hombre al mundo. Cuando el estìmulo es muy débil. La sensación no se produce. Se dice que está por debajo de umbral de la sensación.
    Las sensaciones, formas más sencillas de conocimiento, se pueden dividir en:  1) visuales; 2) auditivas; 3) táctiles; 4) olfativas 5) gustativas 6) kinestèsicas 7) cinestésicas.
    Todas ellas pueden variar en: Cantidad, cualidad y tono afectivo.
    Las sensaciones visuales pueden ser clasificadas en  acromáticas y cromáticas. Varían en luminosidad y en pureza
    Las sensaciones auditivas pueden ser clasificadas en ruidos (confusos) y sonidos (sensaciones más claras. Varían en tono, altura y timbre.
  Las sensaciones olfativas y gustativas aparecen frecuentemente unidas, a veces no percibimos el sabor de las comidas cuando estamos resfriados.
   Las sensaciones táctiles nos permiten, al tocar un objeto distinguir su textura, la presión que ejerce y sus características térmicas. Estas sensaciones pueden ser internas. Los órganos del cuerpo humano están recubiertos de tejido epitelial. Por ejemplo al tragar algo lo podemos sentir frío.
   Las sensaciones kinestèsicas son las de tensión, peso y fuerza, como sensaciones internas de nuestro organismo. Implican la posición y fuerza que realiza nuestro cuerpo.
   Las sensaciones cinestésicas nos informan del estado interno de nuestro organismo: hambre, sed, nauseas, ahogo o facilidad para respirar, fatiga, malestar, etc.
   Por la senso-motricidad se logra la respuesta ajustada a las características del estìmulo. Contribuye en la adaptación al medio más primitiva.
La percepción y las sensaciones.
   Cuando percibimos algo lo hacemos como una totalidad organizada. El todo es más que la suma de las partes, es una estructura.




Esta figura la percibimos como un cuadrado y no como una serie de rayitas alineadas. Esto prueba que la percepción tiende a cerrar la figura, completando las líneas punteadas como si fuesen llenas.

Esta figura para algunos será una casita, para otros un sobre y para otros una simple figura geométrica. La percepción es relativamente independiente de los datos de los sentidos ya que puede agregar otros datos que no son proporcionados por el objeto que aparece ante ellos.                                                                                                                             

Organización del campo perceptivo. Un campo perceptivo está integrado por la figura y el fondo. Por ejemplo en lo visual un objeto es el centro de nuestra atención mientras que el resto del campo visual es el fondo. En lo auditivo podemos considerar una orquesta en la que el centro es el piano y el resto de los instrumentos constituye el fondo.  
  La percepción del espacio. Al integrar el campo perceptivo se organiza la percepción del espacio, los objetos que están en el tienen forma, tamaño, están en una determinada posición a distintas distancias uno del otro y moviéndose o trasladándose en el espacio.
   Al ubicar los objetos en un contorno, el sujeto percibe el espacio en que se mueve. Esto permite conducirse en él con mayor precisión y efectividad. También se percibe en él el movimiento de las cosas, de nuestro propio cuerpo y la relación entre ambos.
   En la estructura del espacio se percibe la profundidad, según la cercanía o lejanía que haya entre el objeto y nosotros o según a qué le demos más importancia. Lo que es figura en el campo perceptivo, otorga realce y lo que es fondo confiere profundidad.
   La influencia de las motivaciones en la percepción.  Por ejemplo si hay un cuadro con un pollo al ajillo, un hambriento verá el contenido del cuadro, mientras que otro a quien le gusta el arte, verá lo bien hecho que está. A pesar de que miran lo mismo, la percepción de los dos es distinta. Esto va de acuerdo con las motivaciones que cada uno tiene.
     Nuestros gustos, actitudes y valoraciones inciden en la percepción hasta el punto de formar parte de la imagen modificándola.
   Los estados emocionales producen el mismo efecto. Un mismo lugar puede ser percibido como alegre, triste, hostil, etc. debido a nuestro estado de ánimo. Lo mismo pasa cuando percibimos a otros seres humanos. El hombre proyecta sus emociones, sus actitudes y formas de valorar en las percepciones.

   Ilusiones de la percepción. Al captar la realidad como todo, la percepción puede producir el fenómeno de la ilusión. Este consiste en la deformación de los caracteres objetivos de las cosas.
 

Imágenes de la imaginación. Estoy en una reunión de amigos. Me presentan a una nueva persona. La observo, analizo sus rasgos, estudio su modo de ser y converso con ella. Luego, sin verla, reproduzco interiormente la imagen de esa persona, que es diferente a la que tuve al percibirla.
   Hay dos tipos de imagen:
1)       La imagen exterior que tengo a partir de la percepción directa. (PERCEPCIÓN)
2)       La imagen interna que reproduzco mentalmente.(IMAGINACIÓN)
   Ambas son diferentes pero existe entre ellas una dependencia originaria. La imagen interna deriva de la imagen externa de la percepción.
   La imagen interna es la imagen de la imaginación.
   La representación o imagen interior se ha dado por un proceso de combinación entre dos o más imágenes. La función de la imaginación no es solo reproducir imágenes, sino también combinar imágenes que se han originado en percepciones anteriores. Podemos pensar en algo sin percibirlo y pensar en algo nunca percibido por la combinación de distintas imágenes.
   Esta posibilidad de reproducir y combinar imágenes que posee la imaginación, se hace efectiva no solo gracias a la percepción en la cual las imágenes se originan, sino también gracias a la memoria, que es la que conserva dichas imágenes.
   La imaginación es una actividad representativa – función mental de reproducción de imágenes interiores que puede estar al servicio de procesos afectivos, motivacionales o intelectuales. En los primeros casos estará al servicio de procesos conscientes e inconscientes, mientras que en el tercero a la actividad estructurante de la inteligencia.
   La imaginación no solo reproduce y combina imágenes visuales. También opera con datos provenientes de otro tipo de percepciones.
   Hay imágenes auditivas, olfativas, táctiles, cenestésicas y kinestèsicas que se pueden reproducir en la memoria por más que no estemos percibiendo en ese momento.

   Los límites de la percepción y de la imaginación. La percepción tiene un mayor o menor grado de complejidad y equilibrio que la subestructura sensorio-motriz, por su carácter totalizador. Pero está limitada a los datos de lo presente.
   La imaginación toma una copia de los datos de la percepción y se independiza de la presencia concreta y actual de los objetos, gracias al soporte de la memoria.
   La imaginación puede, incluso combinar dichos datos, pero solo la inteligencia les da un orden, un sentido y una estructura.
   La inteligencia opera libremente sobre los datos: los clasifica, la analiza, los compara entre sí, los integra, etc. Pero ella va más allá desde el momento que es capaz de crear. O sea es capaz de limitar nuevas estructuras. Esta capacidad creativa se manifiesta desde la resolución de los problemas más sencillos de la vida cotidiana hasta los más complejos productos de la labor humana como son la ciencia y el arte.






    
 






















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